Primer aniversario de Palabras Compartidas

 

 

Cumpleaños en la crisis

En este mes de febrero nuestro blog cumple un año de su publicación. Durante este tiempo han transitado por sus páginas más de 44.500 internautas. Lo cierto es que la cifra supera ampliamente mis expectativas, aunque soy consciente de que desechando los robots y los visitantes accidentales, entre otros, el número de visitantes efectivos en sensiblemente menor. Sí puedo afirmar, a pesar de ello, que varias decenas de personas han dedicado unos minutos diariamente a visitar PALABRAS COMPARTIDAS. Me vale como punto de arranque.

Para este segundo año son 3 los objetivos que me planteo de cara a mejorar el funcionamiento del blog :
1-En primer lugar, y como objetivo más ambicioso e importante, aumentar la participación de suscriptores y editores animándolos a incorporar entradas y comentarios.
2-Incorporar herramientas y recursos que me permitan mejorar el posicionamiento del blog en los buscadores.
3-Rediseño y mejora de la apariencia del blog para hacerlo más claro y amigable.

Espero contar con vuestra colaboración y desde aquí os animo a participar con vuestras aportaciones literarias y/o comentarios. Sólo tenéis que escribir vuestro email para recibir avisos de nuevas publicaciones (suscripción), o introducir un nombre o seudónimo y una dirección de correo real para dejar vuestro comentario.

La que se avecina

Hace unos días y en el ámbito de un foro de antiguos alumnos pertenecientes a un colegio de Madrid, al que tengo la satisfacción de pertenecer, un compañero, profesional del mundo jurídico con prestigio y veteranía, nos hizo llegar la siguiente reflexión sobre las reformas del Código Penal que preparan nuestros legisladores. No tiene desperdicio y por ello la reproduzco literalmente.

Ley y Justicia

Preparan reforma del Código Penal.                    Por César Mateo-Sagasta.

Compañeros. Os informo de por dónde van los tiros en la reforma del Código
Penal. No tendremos ley de huelga, pero con la reforma que preparan ¿para
qué? La suerte de ser pobres es que no hay cárceles para tantos, pues van a
caer por decenas en cada manifestación.

Si añadimos que quieren instaurar de nuevo los Juzgados de Distrito, con
Jueces y Fiscales a dedo, es decir, sin preparación ninguna, van a dejar la
Justicia como para acercarse a ella.

Otro detallito, que pase la Instrucción de los delitos al Fiscal, en vez de
ser el Juez el Instructor, significa en la práctica que pasa de estar en
manos de un poder supuestamente independiente a un Fiscal que depende
jerárquicamente del Ministerio de Interior. Olvidaros de los casos Bárcenas
y demás. No se va a procesar más que a los del partido que esté en la oposición.

Algunas de esas reformas en 6 puntos:

1. Que un antidisturbios te pegue una paliza de muerte no es delito.
Que alguien lo grabe y lo difunda sí que lo es.

2. Que un banco te desahucie no es delito. Ocupar una sucursal
bancaria para protestar por haberte desahuciado: hasta seis meses de prisión.

3. Cargarse la sanidad y la educación públicas no es delito.
Interrumpir el transporte público: hasta dos años de prisión.

4. Que la policía abuse de su autoridad y emplee la violencia no es
delito. Resistirse a la autoridad: hasta cuatro años de prisión.

5. Que los políticos agredan con sus reformas a miles de personas no es delito. Que una persona agreda a un político: hasta seis años de prisión.

6. Incumplir el programa electoral y mentir no es delito. Convocar  manifestaciones para protestar por ello: hasta un año de prisión.

 Sólo me queda añadir:  ¡ que nos coja confesados !

Fin del año

Annus horribilis este 2012 que ya cursa sus últimas horas. Buen viaje y que no vuelva. Iniciemos 2013 con los habituales buenos propósitos y la firme decisión de poner todos los medios a nuestro alcance para impedir que se repita su historia. Nosotros podemos.

Mis mejores deseos para todos los que habeís visitado este blog y a los que han dejado sus comentarios, siempre bien recibidos; a todas las personas de buena voluntad.

Para el próximo 2013 os deseo

El ascenso. Sumisión o esclavitud.

Obra

Me ha sido imposible aguantar más la congoja. Hace unos días me alegraba al conocer la noticia de una mejora laboral -un ascenso- a un buen amigo que lo necesitaba. Poco dura la alegría en casa del pobre y ayer, al felicitarle personalmente, pude conocer las condiciones del referido ascenso. No entraré en detalles, no deseo crearle complicaciones a mi amigo, pero reproduciré esquemáticamente el planteamiento que alguien cercano a la dirección de su empresa le ha hecho.

Deberá:
-Asumir responsabilidades en otra área de gestión de la empresa.
-Viajar por todo el territorio nacional cuando se le requiera (a menudo).
-Doblar turnos en su actual ocupación, cuando no viaje.

Recibirá:
-Un incremento lineal equivalente al 15% de su salario (ya exiguo y recortado).
-El importe de los gastos de viaje justificados.
-Conservará su empleo.
-Mejorará su bagaje personal al viajar y conocer mundo.

El ascendido es una persona con hijos menores en edad escolar. Creo que mi indignación era incluso mayor que la suya. ¿Era una broma? ¿Estará este trabajador motivado para realizar su tarea de promoción de las ventas y el negocio? No lo creo y no me puedo imaginar que el empresario piense lo contrario.

Parece que corren malos tiempos para la justicia y el sentido común. Por supuesto, las llamadas conquistas sociales, conseguidas a lo largo de los últimos 150 años de tensión y negociación entre trabajadores y empresarios, están de capa caída. Últimamente se oyen con demasiada frecuencia las palabras abuso, exceso y esclavitud en conversaciones relacionadas con el trabajo.

¿Hacia dónde vamos?

Fdo.: Este ciudadano acongojado.

 

 

 

Tijeretazos, recortes, sacrificios y otros estímulos.

Manos arriba

En este río revuelto de nuestro actual mercado laboral, plagado de empleos basura y ofertas trampa, donde resulta difícil dar con una propuesta de empleo digna, 5.000.000 de ciudadanos buscan -en ocasiones desesperadamente- un trabajo que les permita subsistir; conservar sus viviendas, pagar sus facturas o simplemente comer. Francamente, es altamente improbable, encontrar una oferta de trabajo con las condiciones de salario y contratación, que permita cubrir esas necesidades.

Se viene produciendo en estos últimos años, con el incremento continuo del paro, una tendencia o, más bien, una práctica generalizada de nuestros oferentes de empleo: la búsqueda del empleado chollo. Es escandaloso el retroceso que se está produciendo en los derechos y garantías de los trabajadores, especialmente desde el punto de vista de su protección y seguridad, pero si a ello le sumamos la actitud cicatera y oportunista de muchos empresarios lanzados a la caza del obtener más pagando menos a sus empleados, les hacemos un flaco favor a la productividad y la competitividad, dos factores económicos de peso que es tan necesario estimular. Esto no se consigue con el salario del miedo: miedo a quedarse sin trabajo o el miedo a no encontrarlo. Parece obvio que este no es el camino. Los empresarios tienen la obligación de saberlo y los legisladores el deber de crear la condiciones que impidan, o por lo menos no favorezcan, estas prácticas.

Comprar duros a peseta se ha convertido en la máxima de los empresarios que presentan nuevas propuestas de empleo y es una estrategia de contratación generalizada, ante el fuerte desequilibrio entre oferta y demanda. De nuevo la regla de los mercados enmascara a los oportunistas, modestos seguidores de los empresarios del pelotazo, que tienen buena parte de culpa en nuestra actual situación.

Se ha impuesto el: «A río revuelto, ganancia de pescadores». Pero no todo vale. Ante esta situación en el mundo del trabajo, los poderes públicos tienen obligaciones establecidas incluso por la Constitución Española de 1978. En el TÍTULO I, CAPÍTULO II, SECCIÓN 2ª De los derechos y deberes de los ciudadanos, el artículo 35.1 dice: «Todos los españoles tienen el deber de trabajar y el derecho al trabajo, a la libre elección de profesión u oficio, a la promoción a través del trabajo y a una remuneración suficiente para satisfacer sus necesidades y las de su familia, sin que en ningún caso pueda hacerse discriminación por razón de sexo».

Es obligación de nuestros políticos y las Instituciones del Estado promover y garantizar estos derechos para todos los españoles. ¿Lo han olvidado? La respuesta parece evidente, Mariano Rajoy nos lo dejó claro la semana pasada con sus inevitables medidas de recorte, tijera nuestra de cada día, con las que el Presidente de la nación pretende estimular la búsqueda de empleo. Él solito dejó patente la monumental carencia de imaginación de nuestros gobernantes y su falta de interés por el bienestar de los súbditos (antes ciudadanos).

¿Hasta cuándo vamos a aguantar?

Fdo.: Este súbdito acongojado.

¡Más madera!

Iñaki Urdangarín

A tenor de lo comentado en anteriores  entradas de este blog y por si había alguna duda respecto a la crítica situación en que se encuentra la Casa Real española, Iñaki Urdangarín le echa leña al fuego, buscando alcanzar un acuerdo con la Fiscalía  Anticorrupcción, que implicaría reconocerse culpable de las imputaciones. A perro flaco, todo son pulgas.

Reproduzco el editorial de La Verdad, en que se analiza esta noticia.

Asunción de culpabilidad.

Editorial de La Verdad

La propuesta que al parecer han trasladado a la Fiscalía Anticorrupción Iñaki Urdangarin y Diego Torres, ofreciéndose a devolver parte del dinero que obtuvieron de sus gestiones con las instituciones baleares y valencianas a cambio de que la pena solicitada sea inferior a los dos años de prisión, y por tanto no tengan que ir a la cárcel, supone, antes que nada, que ambos se declaran culpables. Independientemente de la suerte que les depare el procedimiento judicial en curso y de la sentencia que en su día pueda dictar el tribunal que los juzgue, la por ahora, y al parecer, implícita asunción de culpabilidad representa un cambio crucial en cuanto a la posición de Urdangarin, puesto que no solo se desdice del discurso de inocencia al que se aferró públicamente minutos antes de su primera comparecencia ante el juez Castro, sino que obligaría a la Casa del Rey a adoptar una postura más inequívoca respecto a la cuestión. La disposición a colaborar con la Justicia podría si acaso reducir la pena que se le imponga pero no el reproche social e institucional que merece su conducta. Es lógico que Urdangarin y Torres pretendan eludir la prisión brindándose a retornar al erario las ganancias que obtuvieron a cuenta de inducir a determinados responsables autonómicos y locales a malversar fondos públicos. Pero la magnanimidad que al parecer solicitan requeriría una colaboración plena para esclarecer los hechos y corroborar los indicios y pruebas hasta ahora obtenidos muy a su pesar, y en coherencia con ello no ya el compromiso sino la materialización de la reversión del dinero acumulado, en especial del depositado fuera del alcance de la hacienda española y de la propia Justicia. No se trata de que Urdangarin y Torres asuman implícitamente su culpabilidad en una componenda con la fiscalía, sino de que detallen cada uno de los extremos de su actuación. Hay dos aspectos de ella que exigen el más pormenorizado esclarecimiento de hechos y depuración de responsabilidades: la sistemática utilización de la pertenencia de Urdangarin a la familia del Rey como recurso comercial y el sorprendente comportamiento de los encausados al no desarrollar ninguna actividad profesional o empresarial que no esté sujeta a imputaciones.

Vía Asunción de culpabilidad. La Verdad.

Perdón sí, pero no olvido.

Tras semejante zapatiesta -la ocasionada por su inapropiado viaje a Botsuana- el Rey se disculpa: «Lo siento mucho, me he equivocado y no volverá a ocurrir».

Disculpas aceptadas, le honra su gesto. Pero dudo mucho que esto quede así. A muchos españoles no nos va a ser posible olvidar la decepción. Hay un daño real ocasionado a la Monarquía. Con esas 11 palabras no será suficiente. Menos ahora, en estos tiempos difíciles.

Aunque bastará otra noticia de impacto y el transcurso de unos días, para retirar el suceso de los titulares de la prensa, hay una imagen que no se nos borrará a muchos españoles; la tristeza que nos produjo ver el desamparo real pidiendo disculpas. ¿Estudiada puesta en escena? Quizá sea.

Olvido no.

Respetuosamente,

Este ciudadano acongojado.

El relevo

D. Juan Carlos I y el Príncipe D. Felipe de Borbón

El Rey Juan Carlos y el Príncipe Felipe (Vía: LVL /GTres)

El Titular de la Monarquía Constitucional Española ha sufrido un accidente. En Botsuana (África). De caza. De elefantes. A sus 74 años. Capricho de más de 40.000 euros. En esta España del desempleo y los recortes. ¡Vaya metedura de pata majestad! Con perdón.

Confieso mi simpatía hacia nuestro monarca. He sido Juancarlista; no especialmente monárquico, pero creo que el saldo de su representación y sus intervenciones es claramente positivo. No es que, como dice la canción, olvidé mil cosas buenas por una que salió mala, no. Es que últimamente a nuestra Monarquía se le amontonan los huéspedes incómodos y los desaciertos. Y el balance se resiente y nuestra opinión se duele.

Hay algo que no me cuadra, cuando recuerdo sus intervenciones recientes: reclamando credibilidad y prestigio de las instituciones, ejemplaridad y profesionalidad a los cargos públicos y sacrificios a todos los españoles. ¿La Casa Real está exenta también de esto? No se puede cuestionar su derecho al ocio y al descanso, pero su elección, en tiempo y forma, ha sido como mínimo decepcionante.

Lo vengo pensando desde hace bastantes meses, a raíz de verle cada vez más deteriorado físicamente en sus apariciones públicas; hay que saber retirarse. Esto no supone rendirse, es sencillamente lucidez. Que no le falte.

Estamos en la «zona de transferencia» y es momento de pasar el testigo.

Le deseo una rápida y total recuperación.

Respetuosamente,

Este ciudadano acongojado.

La Bicha

Cuando cerró la empresa en la que llevaba más de dos años trabajando y nos mandaron a todos los trabajadores a cobrarle al FOGASA, eran los tiempos de los «brotes verdes» de la era Zapatero. Ya habían transcurrido tres años conviviendo con la Bicha y algunos creímos haber superado sus peores años. ¡Ni de coña!

Desde entonces han inundado nuestras casas -nuestras vidas- toda una retahíla de términos, algunos desconocidos para el común de los mortales, que nos amenazan y quitan el sosiego. Los Mercados, la Recesión, la Deflación, las Bolsas, el Paro, los Embargos, los Desahucios, los ERES, los Concursos de Acreedores; forman parte del extenso diccionario de los partes de guerra en que se han convertido los Telediarios.

Con la casa llena de estos parientes incómodos, algunos sólo son inquilinos gorrones, nos faltaba la Prima de Riesgo. Esta señora tiene a bien crecerse cada vez que nuestros gobernantes toman drásticas medidas para sofocar a la Bicha. Cuanto más nos recortan a los ciudadanos en derechos, prestaciones y servicios más sube la Prima de Riesgo.

Con este panorama y ante la ineficacia de nuestros políticos: ¡a ver si va a resultar que los verdaderos Primos somos los ciudadanos!

Ya les vale.

Al trote marranero

Cuando recibí el mensaje en mi móvil no lo dudé; acepté de inmediato. Era mi sobrino Tomás que se había inscrito en la XXXIII Media Maratón Ciudad de Murcia y me preguntaba si me animaba. Para él era la primera Media Maratón, yo, que había corrido unas cuantas, llevaba 11 años sin participar.

Teníamos un mes para prepararnos y debíamos pasar de nuestros recorridos de 10 Km, una o dos veces por semana, a los 21,097 Km de la Media. Acordamos entrenar juntos dos días a la semana e ir alargando las distancias recorridas para acercarnos a los 21 Km. Cumplimos el plan previsto y una semana antes nos probábamos con 18 Km. Era evidente que Tomás iba sobrado de forma aunque la inexperiencia le hacía ser prudente en el ritmo. Yo andaba más justo de forma, no en vano casi me salgo del cuadro de categorías, milito en Veteranos E y esto va en aumento.

Hace 18 años me inicié en esta misma prueba, que por entonces se llamaba Media Maratón de los Dolores. Recuerdo perfectamente los nervios y la impaciencia que precedían a la salida, mientras calentábamos los músculos de forma casi automática. Las mismas sensaciones que tuve el pasado domingo 18 de marzo. Pero esta vez los participantes eran multitud, más del triple que entonces. Se habían inscrito casi 3.000 deportistas y más de 2.000 han completado el recorrido y otros 500 han realizado la primera vuelta. Todo un éxito de la organización y de los participantes.

He de decir que disfruté doblemente viendo la emoción contenida y la sorpresa de Tomás, ante el ambiente de camaradería que impregnaba todo el transcurso de la prueba. Me consta, porque he tenido que oírles con demasiada frecuencia, que estas pruebas tienen detractores. No me refiero a los conductores molestos con la ocupación de la calzada por un montón de locos en calzón corto. Estos tienen sus razones y hay que respetarlas. Los que me preocupan son los agoreros y derrotistas que se empeñan en convencerte que semejante barbaridad sólo puede conducirte al infarto y/o la muerte. Tú ya no tienes edad… Nosotros no estamos para esos disparates… Eso es totalmente innecesario y exagerado… Vas a reventar; son expresiones habituales en esa larga letanía de la que somos víctimas, especialmente los que somos «talluditos». Es de agradecer la preocupación que demuestran por nuestra salud y en nombre de ella, les invito a participar en la próxima carrera popular que se les ponga a tiro.

Por mi parte, Dios mediante, espero aguantar los pocos años que me quedan para ascender de categoría y ganar una Media Maratón como Veterano F. Por ambición que no quede.

Desde aquí mi enhorabuena a los 3.000 inscritos y especialmente a mi sobrino Tomás que me acompañó durante la carrera.