EnumeraL

No tu espada de agua
que amenaza tocarme
ni tu boca de niño,
ni ese aroma de sangre
que difunde la rosa.

No el vuelo desnudo del vencejo
tras su rastro de plumas,
ni su agudo chillido
que puebla la tarde.

No la flaca figura
del galgo marchito
que olisquea basuras,
ni su triste mirada.

No el cristal de una idea
no el temor de una llaga
ni el sueño que puebla
los ojos de un niño,
ni el amor de una amada.

No tu esbelta figura
ni tu joven aliño.
No tu espada de fuego
ni tu boca de carne.

No el final de un principio
ni tu lengua al rozarme,
ni el color de la risa;
ni el azul del mar cabe
ni cabe la prisa
o el aliento, o el aire.

Yo desgrano palabras
Que desean juntarse.