in memoriam

                                   A mi madre;
                                   el principio.

Habito las paredes
de esta casa
–lugar de encuentro–
nacida de un sueño
que hicisteis posible.
Revivo sus luces y abro
sus ojos, caliento su hogar…
y sólo entonces, a tu lado,
reanudo los pasos
que quedaron dormidos en el jardín.

Mil veces despacio, repetidos.
Las margaritas, el geranio,
esa rosa…,  aquél árbol.
Jardinera implacable
–simetría y orden–
guardián de la memoria
que no debe perderse.

Ahora, ya sin ti, recorro
de nuevo este jardín y
como autómata repito los gestos,
rehago las tareas y miro por tus ojos
esta tierra que siento
como mi propia carne,
como el centro de mi memoria.

Santiago de la Ribera,
‌La Solana.  20/03/21

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